Nuestra reflexión del Evangelio esta semana es:

"Te digo que habrá regocijo entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente".

Jesús sorprende a los fariseos cuando comparte una comida con los pecadores. Él abiertamente da la bienvenida a todas las personas interesadas en lo que tenía que decir sobre la misericordia de Dios. Responde a la sorpresa de los fariseos con parábolas sobre una oveja perdida y una moneda perdida. Tanto el pastor como la ama de casa "buscan hasta encontrar lo que han perdido" y comparten su alegría con los demás. De la misma manera, Dios se regocija cuando nos volvemos a Él.

Oramos juntos: San Judas, pon una chispa de esperanza en mi corazón y enciende en mí un fuego que arde con el amor de Dios. Ayúdame a perdonar fácilmente y a conocer y hacer la santa y verdadera voluntad de Dios.